Los changuitos se paran la orilla del pantano pretendiendo alcanzar el balón apoyados con un palo, otro tira una piedra y nada. De pronto un osado y valiente changuito va dando semejantes saltos hasta llegar donde la bola. La sujeta, mientras el resto de changos desde la orilla le aplaudían y animaban. De pronto el changuito se empieza a hundir, mientras mas se movía pretendiendo avanzar o salir mas se hundía. El partido de fútbol de esa mañana pronosticaba un excitante encuentro. Los changuitos estaban ansiosos por iniciar el partido. Se oye el silbato y empiezan a correr todos tras la bola, pases cortos, pases largos y allí van corriendo de un lado a otro, de extremo a extremo de la cancha, de pronto un tiro largo, largo, largo. La bola fue a parar justo en medio del pantano que se encontraba al otro lado de la cancha. Los changos expectantes gritaban: ¡Sálvate a ti mismo! ¡Sálvate a ti mismo!. Ante los animosos gritos el changuito se sujeta a sus propias orejas y empieza a tirar hac...